– Se compromete con Bruselas a rebajar el déficit al 3% del PIB y la deuda al 109,1% para 2024, un año antes de lo previsto
– Augura que el paro seguirá su senda descendente hasta caer el 9,8% en 2026
MADRID, 28 (SERVIMEDIA)
El Gobierno remitió este viernes a la Comisión Europea el Programa de Estabilidad 2023-2026 que incluye una revisión del cuadro macroeconómico para dicho periodo, de manera que se mantiene la previsión de crecimiento de PIB para 2023 en el 2,1% y se sitúa en el 2,4% para 2024. En materia de empleo, se prevé la creación de 1,1 millones de puestos de trabajo hasta 2026.
Estas son unas de las cifras más destacadas que recoge el texto de 125 páginas que, según el Ministerio de Asuntos Económicos, contempla un escenario económico «prudente» que habría sido avalado por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), en un contexto internacional marcado por el rápido endurecimiento de las políticas monetarias, los episodios de tensión financiera y la incertidumbre en el plano geopolítico y energético.
El Ejecutivo se muestra seguro de que la economía española mantendrá un crecimiento positivo a lo largo de todo el periodo de previsión y, tras crecer el 2,1% que augura para este año, cree que se expandirá otro 2,4% en 2024 gracias al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Los avances serán más moderados en 2025 y 2026, cuando el PIB crecerá un 1,8% y un 1,7%, respectivamente.
En este contexto, las nuevas perspectivas macroeconómicas se apoyan en la demanda interna como principal motor durante este año, «especialmente» el consumo privado, con una previsión de crecimiento estimada del 2,1%, «sostenido principalmente por la evolución del empleo». Para 2024, se espera que la moderación de la inflación junto con el aumento de empleo y los salarios «aceleren el aumento del consumo privado hasta el 3,0%».
El Gobierno subraya que el crecimiento del PIB irá convergiendo «lentamente» hacia su crecimiento potencial, que en 2024 se estaría situando por encima del 1,5%, junto al impacto adicional que aportaría el plan de recuperación. Para 2025 y 2026, la economía crecería por encima de su potencial.
EL PARO, AL 9,8% EN 2026
Desde el Gobierno trasladan a Bruselas que durante el próximo cuatrienio la consolidación de la creación de empleo «seguirá siendo el motor del crecimiento económico». En este sentido, prevén sumar 1,1 millones de puestos de trabajo a tiempo completo hasta 2026, un impulso al mercado del trabajo que permitirá alcanzar niveles récord.
Asimismo, la actualización del cuadro macroeconómico mantiene la senda de descenso de la tasa de paro, que pasará del 12,9% en 2022 al 12,2% en 2023. En 2024, se reducirá hasta el 10,9% para después bajar hasta el 10,3% y el 9,8% en 2025 y 2026, respectivamente. El Ejecutivo explica la reducción de la tasa de paro «gracias a la reforma laboral».
DÉFICIT Y DEUDA
Por otro lado, el Gobierno se ha comprometido con Bruselas a rebajar el déficit desde el 4,8% registrado en 2022 hasta el 3,9% en 2023 y el 3% que marcan las reglas fiscales en 2024. Esta senda de consolidación fiscal, que se ejecutaría un año antes de lo previsto, continuaría en 2025 y 2026, cuando prevé reducirlo hasta el 2,7% y el 2,5%, respectivamente.
La Administración Central cerrará 2023 con un desfase del 3,1%, frente al 3,4% previsto en el anterior Programa de Estabilidad, y al final de la senda el déficit de este subsector se situará en el 2,8%.
Por su parte, las comunidades autónomas tienen un objetivo de déficit del 0,3% en 2023, por encima del 0,1% anteriormente previsto, para llegar al equilibrio en 2024, cuando antes se pronosticaba superávit. Para 2025 y 2026 se espera un saldo positivo del 0,1%.
Para las entidades locales la senda es de equilibrio en este año, y superávits de 0,2% en 2024, 0,1% en 2025 y 0,2% en 2026.
En el caso de los fondos de la Seguridad Social, se mantiene el objetivo de cerrar 2023 con un déficit del 0,5% que irá reduciéndose de manera gradual hasta lograr el equilibrio presupuestario en 2026.
El Gobierno también traslada a la Comisión Europea que reducirá la deuda pública hasta el 109,1% para el próximo ejercicio, también un año antes de lo previsto. En 2025 se espera que se sitúe en el 107,9% del PIB y en 2026 bajará al 106,8%.
El principal riesgo para este escenario macroeconómico señalado por el Gobierno es «una mayor persistencia de la inflación y un endurecimiento más pronunciado de las condiciones financieras».
La inestabilidad financiera también es un riesgo a la baja, «aunque limitado por la profunda restructuración del sector en la última década, los reducidos niveles de endeudamiento y el refuerzo de la regulación y supervisión durante los últimos años».
El Ejecutivo defiende que los reducidos niveles de endeudamiento de hogares y empresa, los elevados niveles de liquidez y el aumento de las ratios de capital de la banca han aumentado la resiliencia durante los últimos años, a lo que se une el potencial del plan de recuperación. No obstante, ve necesario «reforzar el seguimiento del sector financiero y de las implicaciones de la subida de tipos de interés en términos de impacto sobre las finanzas de los hogares y la posible restricción crediticia a las empresas».
