Los casos en adolescentes suponen el 32% los diagnósticos de mononucleosis realizados en 2022

– El 13 de abril se celebra el Día Internacional del Beso

MADRID, 12 (SERVIMEDIA)

Un análisis realizado por la consultora Cegedim Health Data España revela que los adolescentes entre 15 y 19 años suponen el 32% de los diagnósticos de mononucleosis o enfermedad del beso que se realizaron en 2022.

Según se desprende del informe, en la franja de 20 a 24 años la prevalencia de mononucleosis disminuye al 10%. Y entre los 25 a 29 años, la incidencia cae aún más, situándose en torno al 8-9% del total, para descender a cifras mínimas a partir de los 60 años.

No obstante, el pico de diagnósticos se produce entre la población adolescente, entre los 15 y 19 años de edad. Además de los beses, existen otras vías de contagio como compartir bebidas, alimentos o juguetes de niños pequeños, ya que éstos están en contacto constante con su saliva.

En cuanto a sexos, las mujeres presentan cifras ligeramente superiores de incidencia, con casi un 53%, frente a un 47% de los hombres. En la franja de los 15 a 19 años, el sexo femenino representa el 55% de los casos.

«Debido a que la mononucleosis se transmite a través de contactos personales estrechos, no resulta extraño que en época de covid se diese una bajada brusca en las cifras de contagio, la cual repuntó posteriormente en cuanto se volvió a la normalidad», explicó el doctor Carlos Iglesias, director médico del análisis.

Si se sospecha de la infección, se recomienda evitar los contactos estrechos personales, así como compartir las bebidas, alimentos o artículos de uso personal. Las personas que sufren inmunodeficiencias, pacientes trasplantados o embarazadas deben tener un cuidado especial frente a esta infección.

Quizás también te interese:  Avances Históricos en Medicina: Hitos que Revolucionaron la Lucha contra Enfermedades

SÍNTOMAS DE MONONUCLEOSIS

Provocada mayoritariamente por el virus de Epstein Barr, la mononucleosis no reviste gravedad en personas sanas y en la mayoría de los casos se cura en dos o tres semanas.

Los afectados sufren malestar general, fiebre, dolor de cabeza, sensación generalizada de cansancio, infección aguda de la faringe o las amígdalas, inflamación de los ganglios linfáticos cervicales y occipitales y, en algunos casos, aumento del tamaño del bazo o inflamación leve del hígado.

En cuanto a diagnósticos asociados, los más prevalentes son cuadros infecciosos de vías superiores como la amigdalitis (60%), infecciones virales (53,5%), resfriado común (52,5%) o faringitis (48%), aunque también llega a reflejarse un 39,5% de afecciones en el aparato digestivo como colitis en colon, enteritis en el intestino delgado. También puede aparecer con cuadros de gastroenteritis de origen infeccioso.

Según el doctor Iglesias, «en principio, sólo requiere un tratamiento sintomático simple a base de antitérmicos y antiinflamatorios como el ácido acetilsalicílico, el paracetamol o el ibuprofeno. Si se da una sobreinfección bacteriana, se pueden pautar antibióticos, aunque se recomienda evitar las ampicilinas o amoxicilinas».

Por último, conviene evitar actividades físicas que puedan posibilitar la rotura del bazo, ya que puede llegar a aumentar su tamaño hasta un 50% antes de que la infección remita, según los especialistas.