Inclusive cuando los ciudadanos generan más datos que nunca, la mayoría de las ciudades no han aprovechado al máximo ese flujo de información para mejorar los servicios y ser más eficientes. Históricamente, las ciudades se han estado moviendo en forma analógica, tratando de medir cosas con datos imperfectos en entornos con poca información, expresa Michael Luca, catedrático ayudante de Harvard Business School.
Eso logra estar a punto de cambiar. Gracias a Internet, las aplicaciones móviles y una amplia gama de programas útiles en línea, los residentes se suman al conjunto de información con cada pulsación de tecla que realizan en su computadora o teléfono inteligente. Además, las localidades están expandiendo sus propias capacidades de recopilación y procesamiento de datos a través de avances como redes de sensores y software de modelado sofisticado.
Qué sucedería si las ciudades lograran usar toda esa información para ofrecerles a los residentes lo que precisan, por ejemplo, utilizando Google Street View para gobernar el desarrollo financiero, o las reseñas de los comedores de Yelp para regir las inspecciones de higiene.
Primero, el movimiento de datos abiertos ha llevado a las ciudades a digitalizar más de su propia información, poniendo en línea todo desde registros de impuestos y puntajes de inspección de salud pública. Ellos toman un conjunto de datos que solía estar en una base de datos oscura o en papel, y ahora está disponible para que el público pueda innovar, expresa Luca.
En secundario término, los ciudadanos están generando lo que Luca flama escape digital, datos creados en línea como parte de sus prontitudes diarias, que las localidades lograrían capturar para dar pistas sobre la conducta de sus ciudadanos. Se utiliza para ayudar a los individuos a buscar comedores, no para expresarles a las metrópolis a dónde ir a registrar, pero lograría utilizarse para esa intención, expresa Luca. Del mismo modo, las investigaciones de Google en diferentes topografías podrían dar a los comprometidos políticos un suplente clave de lo que les importa a sus ciudadanos. Finalmente, las compañías privadas están más preparadas que jamás a compartir sus propios antecedentes internos con el régimen para comprender mejor a su servicio, ofreciendo información.