La Fiscalía pide prisión provisional para Yassin Kanjaa, que mató a un sacristán en Algeciras

MADRID, 30 (SERVIMEDIA)

La Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitó prisión provisional comunicada y sin fianza para Yassin Kanjaa, el hombre que atacó la pasada semana a varias personas en dos iglesias de Algeciras (Cádiz) causando la muerte del sacristán de una de ellas.

El Ministerio Público alega para sustentar su petición el riesgo de fuga, la posible ocultación de fuentes de prueba y el riesgo de que el detenido vuelva a cometer hechos delictivos. Kanjaa pasó este lunes a disposición judicial después de haber sido interrogado a fondo por la Policía durante cuatro días. El detenido ha respondido al interrogatorio y la causa ha sido declarada secretar por el juez Joaquín Gadea.

Tras la celebración de la vista sobre su situación procesal, el magistrado deberá decidir si lo envía a prisión provisional como le pide la Fiscalía. En un principio el investigado está acusado de un delito de asesinato terrorista y un delito de lesiones terroristas.

Dado que la causa está secreta, al investigado se le notificará la parte dispositiva de la resolución del juez y solo podrá conocer aquellos elementos de la investigación precisos para poder, en su caso conocer los motivos de las medidas cautelares que se puedan adoptar, con el fin de que pueda presentar recurso.

El juez Gadea tomó por tanto declaración al Kanhjaa tras su detención el pasado miércoles por el atentado mortal que costó la vida al sacristán Diego Valencia y causó heridas graves al sacerdote Antonio Rodríguez Lucena en Algeciras (Cádiz).

El magistrado de refuerzo del Juzgado Central de Instrucción Número 6 tuvo que autorizar la prórroga del período de detención solicitado por la Policía Nacional hasta este lunes. Mientras permaneció en dependencias de la Comisaría General de Información en Madrid donde se están llevando a cabo las diligencias de investigación.

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En el auto por el que se autorizó el registro en el domicilio del investigado, el juez consideraba que los hechos pueden constituir un delito de asesinato y lesiones con instrumento peligroso con fines terroristas, y relaciona la acción con el salafismo yihadista puesto que pretendía «alterar la paz pública mediante la ejecución de actos de terror, lo que habría podido motivar la actuación criminal».

El hombre estaba ilegalmente en España y había un expediente de expulsión abierto en su contra. Las autoridades marroquíes han indicado que había estado en tratamiento psiquiátrico en Tánger, por lo que previsiblemente tendrá que ser valorada su situación mental.

Según la versión de la Policía, el detenido entró en la Iglesia de San Isidro con intenciones desconocidas. Una vez allí, comenzó a discutir con las personas que estaban en el templo manifestando «de forma vehemente que la única religión que hay que seguir es la religión islámica».

Tras abandonar el lugar «profiriendo mensajes en árabe cuyo contenido se desconoce», volvió sobre las 19.40 horas. Desde el exterior comenzó a proferir «gritos en árabe». Una vez finalizada la misa, el sacerdote bajó del púlpito para ver qué estaba ocurriendo. En ese momento, el hombre «portando en su mano un machete de grandes dimensiones y de forma súbita» agredió al cura «causándole lesiones de gran gravedad» y atacando también a otra persona que se encontraba en el templo. El sacerdote se encuentra ya fuera de peligro.

Entonces Yassine huyó y acabó en el centro católico Virgen La Palma donde encontró al sacristán al que causó las primeras lesiones. El sacristán lo siguió fuera del recinto. «Una vez que se encuentra en el centro de esa plaza es alcanzado por el atacante quien una vez que le tiene en el suelo, sujeta la catana con ambas manos y alzando la mirada al cielo y gritando unas palabras en árabe entre las que se escucha la palabra ‘Allah’ (Alá) le asesta una última estocada mortal», dice el auto del juez.

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Después de este suceso, el hombre se dirigió con total tranquilidad a la ermita Europa ubicada en esa misma plaza, «e intenta acceder al interior». Fue allí donde fue detenido por la Policía Local sin ofrecer resistencia y se le trasladó a un centro médico para recibir asistencia facultativa. En ese momento gritó en varias ocasiones «Allahu akbar» (Alá es grande).