Mayores, cómo dejar el miedo en casa y seguir disfrutando de la vida

Los datos lo dejan claro, el número de niños nacidos en el país es el más bajo registrado en las últimas décadas, y de los pocos que nacen, la mayoría son de madres extranjeras. Complicado determinar las causas reales que han llevado a los españoles a esta situación, y es que, lo más probable es que esto se deba a un compendio de factores que han dado como resultado esta baja natalidad en el país. Pero este no es el único problema, sino que a la baja natalidad ha venido a unirse una población cada vez más envejecida que demanda tantos cuidados y atenciones como cualquier recién nacido, aunque, afortunadamente, en una infinidad de casos, esto no es así. Tal y como indican desde Vital y Salud Ortopedia, “llega un momento en la vida que poco o nada importan los años que uno tiene. Lo importante es poder disfrutar de cada día y hacerlo con la mayor seguridad posible, algo que muchos de nuestros mayores no logran”.

Y es que, llega un momento en la vida en el que parece que todo se ralentiza. Lo que antes se hacía en cinco minutos, ahora se tarda veinte. Moverse se complica y los pasos se vuelven torpes e inseguros, haciendo que más de uno acabe en el suelo.

Tropezar, resbalar y caer al suelo es algo muy habitual. De hecho, es posible que no exista en el planeta alguien a quien no le haya ocurrido, al menos, una vez en la vida. Sin embargo, y tal y como comentan desde Vital y Salud Ortopedia, “cuando uno es mayor y se cae, además de las contusiones y las posibles fracturas, posiblemente la persona desarrolle miedo a que le vuelva a ocurrir, algo que cobra mayor importancia cuando la caída conlleva lesiones graves. Afortunadamente, hoy en día existen infinidad de ayudas para que el miedo sea el que se quede en casa, y no así los mayores que no deseen hacerlo”.

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Cosas que a priori pueden resultar tan obvias y comunes como la utilización de un simple bastón pueden marcar la diferencia entre dar ese paseo de todos los días para comprar la prensa y el pan, o quedarse sentado en el sofá viendo pasar los días, algo que dista mucho de ser beneficioso para la salud.

Sin embargo, hay ocasiones en que un simple bastón no es suficiente, haciéndose necesario el empleo de un andador. Pero, ojo, porque elegir el andador más adecuado para cada persona no es tan sencillo como uno pueda pensar, pues en la actualidad la variedad es tan amplia que se hacen imprescindibles unas nociones básicas y la ayuda de profesionales. Pero si algo se debe tener claro es si se empleará en el interior, en el exterior o en ambos. Con esto las opciones se reducen enormemente, limitándose luego al material y al diseño del andador en sí.

Difícil detener los pasos de aquellos que llevan toda la vida en movimiento.