Las expulsiones de redes sociales

Pocos son los casos en los que las redes sociales se convierten en censoras de perfiles del calibre de políticos. Sin embargo, desde que comenzara este parece que loco 2021, ya ha saltado a la palestra el cierre de la cuenta de Donald Trump en las principales.

Tras el asalto al Capitolio en lo que muchos han llamado el ataque más directo a la democracia americana, las palabras del aún Presidente de los Estados Unidos no dejaron indiferente a nadie. La ambigüedad de su mensaje y lo que muchos han considerado un alarde de encender a sus seguidores en las semanas previas al no aceptar los resultados publicados en las urnas, han llevado a Twitter y a Facebook a cerrar sus cuentas.

Sin embargo, parece que la red del pájaro puede estar planteándose la suspensión definitiva de la cuenta del magnate.

En este momento hay que pensar dos escenarios.

Por un lado, la necesidad de cumplir los requisitos para postear en una red que, pese a que lo haga a través de un perfil personal, sigue siendo propiedad de la compañía y, por tanto, ésta es garante del cumplimiento de sus normas y reglas.

Por otro lado, la capacidad que puede tener esto para delimitar en la práctica la libertad de expresión y las ideas no acordes con lo políticamente correcto o lo que, en ese momento, la compañía considere (de forma más o menos aleatoria) correcto y, en todo caso, también beneficioso para ella.

«Si ya sus propios algoritmos mostraban la información fragmentada que más se aproximaba a la ideología propia, donde se tomaba como referencia los links que se abrían, las interacciones con ciertos perfiles o incluso, con el big data y la IA, la interpretación de los post propios, el hecho de que se abra la veda de cierto tipo de censura, por mucho que a muchos les alegre, no puede ser una buena noticia para asumir que las redes son objetivas» explican algunos expertos en marketing y redes sociales.

Quizás también te interese:  Cómo la inteligencia artificial está transformando la atención al cliente

Se viene hablando del tema largo y tendido. Si las redes segmentan cada vez más el contenido que puede ver un usuario, se puede correr el peligro de estar infrainformado, de que quienes las usan como medio para testar el sentir, solo puedan recibir una parte ya interpretada y que lleve hacia el pensamiento único.